Una señora y un señor
–¿Te acuerdas el carro que tenía? Ya lo ha roto.
–¿Ya lo ha roto?
–Digo, hombre, pues aún le ha durado cinco años.
–Eso te iba a decir... Que aún le ha durado, con lo bestia que es.
–Cinco años. Que me dice mi hermana: Ya ha roto el carro. Y digo yo: Jodo. Pero es que le ha durado cinco años.
–Aún le ha durado.
–No sé si le ha roto una rueda, pero que ya se la ha arreglado la otra, ya sabes como es...
–Ya.
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