Una joven sudamericana y un matrimonio español
– Pero, ¡señor!
– Espere que se acomode mi señora, primero.
– Pero...
– Ahora se puede sentar usted, si quiere.
– No, no, no quiero.
– ¿Ah, no?
– Me conformo con que no me tire al suelo.
– Pero, ¡señor!
– Espere que se acomode mi señora, primero.
– Pero...
– Ahora se puede sentar usted, si quiere.
– No, no, no quiero.
– ¿Ah, no?
– Me conformo con que no me tire al suelo.
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