Dos señoras en el autobús a Tarazona, el sábado pasado
–¡Anda! ¿Vienes de allí?
–Sí, señora, de Guinea vengo. He llegado esta mañana a Barajas, he cogido el AVE y corriendo, corriendo, he llegado a coger éste.
–¿Y qué tal por allí?
–Bien...
–No, que como estáis con el ébola...
–No, allí no pasa nada. Mujer, hay que cumplir unos protocolos pero, de momento, la cosa está tranquila. Precisamente vengo porque tenía un congreso en Ghana y se ha suspendido por lo del ébola. Así que digo, pues me voy a casa tres días...
–Esperemos que no salte la frontera.
–Esperemos. Oye, que me siento allí, que estoy muerta. Sólo tengo ganas de darme una ducha y comer algo caliente.
–Que no has podido ni comer, ¿o qué?
–Comer, sí, pero un bocadillo.
–Anda, anda, pues.
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