Ocurrencias
Como saben, este curso volví a la enseñanza, pensando dedicarle algunos años, pero una nueva ley de estabilidad presupuestaria me obliga a jubilarme en agosto.
Así las cosas, ayer estuve de excursión y, a la caída de la tarde, me senté en un banco a disfrutar del día y del paisaje. La tibieza de la temperatura, los colores de la primavera y los gorjeos de los pájaros me hicieron pensar con cierta melancolía premonitoria:
–Esto debe ser la jubilación.
Tan profundos pensamientos me hicieron darme cuenta de que me había sentado junto a la tapia de un cementerio por lo que me repetí:
–Exactamente, esto debe ser la jubilación.
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El piragüista -