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de profesión incierta

O/ Las mil y una noches

O/ Las mil y una noches

Puede que fuera el segundo libro que leí a escondidas. En este caso, porque mi padre lo tenía en un armario cerrado con llave junto a las memorias de Casanova y a una novelita sicalíptica. Tampoco lo leí entero: iba buscando los fragmentos por los que mi padre lo había escondido.

Descubrí el erotismo del exotismo y aún sigo seducido por el mito del harén oriental. Quizás por ser pintor. De hecho, ha sido un tema recurrente en pintores a los que considero mis maestros. Y pintores tan opuestos como Ingres y Delacroix o Picasso y Matisse, por nombrar sólo a los mejores.

 

El cuadro es de Ingres.

 

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