Día de las Librerías
Julia y Pepito, de Antígona, me han invitado a leer un fragmento de un libro, esta tarde, para celebrar el Día de las Librerías.
He elegido un capítulo de la Crónica Troyana, que ha editado recientemente María Sanz Julián en la Institución "Fernando el Católico".
En el capítulo anterior a éste, los esclavos de Tiro, confabulados, asesinan en la misma noche a todos sus amos. El esclavo Estanco perdona al suyo, que es un buen hombre, y en lugar de matarlo, lo esconde.
La historia sigue así:
Título ciento y veinte y siete: de cómo acordaron todos los cabtivos que el que biese el sol primero, que fuese rey.
Los siervos de Tiro, después que fueron enseñoreados de la cibdad & cada uno en las cosas de sus señores que avían ya muerto, después de muchas contiendas que avían avido, como ombres sin cabdillo ovieron de acordar que oviesen rey, y en esto no se podiendo avenir quién lo fuese, ovieron de aver postura que saliesen todos otro día al campo & el que primero biese el sol, aquel fuese rey. E este que a su señor no mató & lo tenía ascondido vino a la noche a su casa & díxole ha aquel su señor la ordenança que entre ellos era fecha & puesta.
–“Pues –dixo el señor– yo te diré como seas rey: quando mañana todos salierdes a esperar quándo saldrá el sol, todos pararán mientes a donde sale, mas tú buelve las espaldas & para mientes a las torres de la cibdad; e luego como el sol saliere, dará en ellas, & tú verlo as primero que otro alguno & decirlo as”.
E quando otro día salieron al plazo, todos estavan mirando de cara do salía el sol, & aquel que tenía a su señor guardado paraba mientes a las torres atrás de los otros. E quando los otros esto bieron, escarnecían dél diciendo:
–“Este, por cierto, no quiere reynar”.
Mas quando él dio bozes diziendo: “¡Yo lo veo!” & bolvieron los otros las cabeças & vieron al sol relumbrar en las torres, maravilláronse cómo aquel ombre avía acertado en aquella cosa, que aquel aún no lo tenían por muy avisado entre ellos. E comoquier que le otorgasen que suyo era el derecho, pero interrogáronle muy afincadamente que les dixiese cómo supiera aquello, tanto que pidió seguro dellos & dixoles cómo él escapara a su señor del su ordenamiento dellos & que él le diera aquel consejo. E ellos, quando esto supieron, dixeron los mayores dellos:
–“Por cierto, esfuerço ni seso complido no pudo estar en persona de servidumbre”. E por ende acordaron todos de tomar aquel que de su siervo era escapado por su rey & señor. E fueron donde estava escondido & sacáronlo de allí, e tomáronlo por su rey & señor.
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