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de profesión incierta

Cuento verdadero de Navidad

Cuento verdadero de Navidad

En junio de 2004, yo tenía una sociedad civil con mi hijo, y las Cortes de Aragón nos encargaron un tebeo sobre la Institución, que teníamos que entregar a principio de curso. Ese verano nos quedamos sin vacaciones pero cumplimos los plazos.

Después, los señores diputados necesitaron seis meses para dar el visto bueno a nuestro trabajo. A los seis meses, la cosa corría ya mucha prisa. Nos enviaron la presentación del Presidente, Francisco Pina, para que la incluyéramos en la maqueta y enviáramos todo a la imprenta. La presentación estaba llena de erratas que tuvimos que corregir.

Una vez impreso el tebeo, descubrieron que, con las prisas, nos habíamos comido una línea de la presentación del Presidente. Como la culpa era nuestra, tuvimos que hacernos cargo de los gastos de desengrapar y reeditar la hoja correspondiente. Total, 6.ooo euros. Exactamente lo mismo que habíamos presupuestado por nuestro trabajo.

Para compensarnos, me ofrecieron comprarme un cuadro. Los mandé a la mierda.

 

 

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