Una joven
–Yo dije, ¿me he vuelto loca o le están echando a mi padre el ternasco hirviendo por encima? Oye, que estaba sirviendo así, con una bandeja cuadrada, y le estaba cayendo todo el ternasco en la espalda a mi padre. Oye, ¡y mi padre tan tranquilo, como si no pasara nada! Y estaba abrasando y él, tan tranquilo.
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