Dos señoras
– ¿Tú sabías que en el tranvía hay cámaras que graban todo?
– No... No sabía.
– Pues, sí, hija. Para ver quién pasa la tarjeta, se conoce.
– Estamos vigiladas por todos los lados.
– Yo, desde luego, ya lo he dicho: No me vuelvo a subir al tranvía sin maquillar. Oye, que nunca se sabe quién te puede ver.
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