Una señora y un señor
– ¡Oye, ven aquí!
– Ya voy, ya voy...
– Es que, claro, se sientan todos mal, todos, uno solo, uno solo, y no nos podemos sentar juntos.
– Ay... ¿Qué dices?
– Que como se sientan todos mal, que se sientan todos uno solo, uno solo, pues no hay manera de sentarse juntos tú y yo. Ya ves...
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