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de profesión incierta

Dos jóvenes y un móvil

– Jo, tía, me he puesto morada de bombones.

– ¡No me hables de comida que voy a potar!

– ¿Estás muy mal?

– Estoy fatal, a ver si bajamos pronto...

– ¿Quieres que bajemos una parada antes y vamos andando para que te dé el aire?

– Y llegaremos tarde al cine.

– Ya les he dicho que estábamos en el autobús, llegando.

– Mira, ya llaman otra vez. ¿Sí? ¡¿Otro semáforo?! ¡¿Pero, cuántos putos semáforos hay en Zaragoza, colega?! Sí, sí, que estoy muy rayada, tío, es que me encuentro fatal... No sé... tres o cuatro gin tonics y lo que fui bebiendo por ahí de los vasos... Es que le echo mucha cara cuando estoy trujada y bebo de los vasos de todos. Así me luce luego, claro. ¿Bajamos aquí ya?

– Es que es nuestra parada.

– Ah.

 

 

2 comentarios

cano -

Muchas gracias. No lo dejo, pero cada día estoy más duro de oído.

J. -

Este es buenísimo. Todos, pero este... bordado...
No lo dejes.