En plan Wikileaks
El lunes, en IKEA, a las tres de la tarde, un señor me lanzó una mirada que le delató como vigilante. Me extrañó un poco porque su aspecto no se correspondía con el sitio. Unos pasos más adelante descubrí, en la sección de dormitorios, a doña Eva Almunia en animada charla con un vendedor.
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