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de profesión incierta

ESTAMPAS GOYESCAS

ESTAMPAS GOYESCAS

Goya, entre otras muchas cosas, inventó el género de viñetas, acompañadas de un breve comentario, que yo mismo estoy empleando en esta serie. Salvando las distancias, claro, que luego Joaquín Aranda me llama la atención por fatuo y sinsustancia.

Seguimos lo que las autoridades competentes han dado en llamar Ruta de Goya, y se suceden de forma sorprendente los caprichos, los disparates, incluso la tauromaquia de Ayles y los desastres de la guerra en el televisor. De entre todas las estampas que nos amenizan el viaje, selecciono las cuatro siguientes:

1– Goya pintó un cuadro en el que la aparición de un Coloso provocaba la atropellada huída del personal por unas vaguadas.

Doscientos años más tarde, hay autorretratos del Coloso esparcidos por las mismas vaguadas y ya no queda ni un alma.

2– Aun aprendo, escribió Goya en un dibujo. En pleno agosto, y aun aprenden los alumnos del curso de grabado que se está celebrando en Fuendetodos. Andan todos muy azacanados de un lado a otro y constantemente se reunen en grupitos estudiando detenidamente el resultado de su trabajo.

3– Saliéndonos de la ruta señalada por la autoridad competente, nos acercamos hasta el río en busca quizá de la maja en topless. Nos encontramos en plena solana con una escena a lo Solana (Gutiérrez). A este lugar le llaman “Playa de los ángeles”. No “kale” hacer más comentarios.

4– Hay aragoneses que han creado escuela. Goya, por ejemplo. O Miguel Pellicer, el cojo del milagro de Calanda, que pedía limosna a la entrada del Pilar. En medio de la Plaza, un epígono del calandino recibe tan escasa atención como los amputados mártires que pintó Goya en una cúpula de la Basílica.

 

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