Isidro es
Isidoro parece, plata no es, el que no lo adivine, bien tonto es. ¿Cuál es el animal que es dos veces animal? ¿Y cuál es el animal que es animal-objeto?: El zoológico completo de Isidro Ferrer, señoras y señores: el Hombre Elefante, porque es hombre y elefante, sin que haga falta explicar a estas alturas de la película o de la frontera quién es quién o viceversa; el Caimán, porque es caimán y Barranquilla; el Elefante sin hombre, porque es elefante y cafetera; el Pez, porque es pez y horma y porque es pez y E y porque es pez y etc; la Araña, porque es candado y araña; Isidro, porque es ratoncito y embudo aunque se esconda del fotógrafo; el Camello, porque es camello y Pirineo; el Camello (otro), por la misma razón; el Camello (otro más), por lo mismo de antes… Así hasta completar la interminable caravana de camellos, más y más sorprendentes cada año que pasan. Isidro es el ama de llaves del Arca de Noé.
Las patatas de Isidro son títeres y sus paraguas, marionetas. La huella digital de Isidro es dos veces animal porque es Macbeth y lady Macbeth; pero su mano es dos veces animal porque es el pajarito de la paz y un señor con cuernos muy farruco. Isidro es Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como, pero también o además o a veces o al mismo tiempo, alter ego de Grassa Toro, otro que es dos veces animal: racional como grassa e irracional como toro. Lo mismo que Isidro, que también es dos veces animal: racional como juan e irracional como palomo, o racional como alter e irracional como ego, o viceversa. Por no hablar de Media vaca y el otro Ferrer, el valenciano, que por lo menos es media vez animal como su propio nombre indica.
Isidro es el Hércules Poirot de los tebeos de Andalán. Isidro es amigo de mi amigo Rabadán, el hombre que me enseñó a pintar. Isidro es Eneas en la Eneida que pinté en el Museo Gargallo aunque sólo se le reconoce cuando está desnudo; Isidro es el Ulises seductor de sirenas en su barquito de papel, el minotauro delineante que levanta el plano exacto del laberinto, el toro rojo que te da alas. Isidro es el pirata caribeño de la petite mort; el ciclista que pedalea hacia el norte con las gafas-brújula que inventó un buen día; Isidro es el profesor Franz de Copenhague de la poesía; el morenito zumbón que toca la parrilla en las fiestas de San Lorenzo; Isidro es el domador que amansa a las fieras con un lapicerín, el funámbulo de los alicates, el payaso que es dos veces animal porque es el payaso listo y el payaso tonto; Isidro es el padre Gepeto de los maderos, de los pedruscos y de los corchos; Isidro es el cocinero de la sopa de letras, el repostero del abecedario que pone la guinda sobre las íes, el Guillermo Tell de las Helvéticas. Isidro es ese sujeto al que los objetos apelan incesantemente, los muy pelmas, benditos sean. Isidro es el diablo cojuelo más bueno que existe; Isidro es el Premio Nacional de Diseño del año de la Guerra; Isidro es el que gritó NO A LA GUERRA delante de las autoridades que eran dos veces autoridad, porque eran las autoridades y sus gorilas, todos con la cara de póker de los tahúres del Missisipi; pero era también el Rey, de copas y canapés, guiñándole un ojo con disimulo. Isidro es el ácrata con bombín.
Isidro es Isidro es Isidro es… como dijo Gertrude Stein y le plagió María Ostiz. Isidro es y punto. O Isidro punto es.
La foto está tomada en la sala de exposiciones de Anciles. Posiblemente sea de Ángel Sahún.
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