¡Ah, estos alemanes cuántos sinsabores nos han costado! Esterilizar, hacer vanos todos los esfuerzos, ha sido siempre la obra de los alemanes: la Reforma; Leibniz; Kant y lo que se llama la filosofía alemana; las guerras de libertad contra Napoleón I; el flamante imperio alemán; cada vez un en vano para alguna cosa que iba a realizarse, para alguna cosa irreparable. Confieso que los alemanes son mis enemigos; desprecio en ellos todas las bajezas de ideas y de valores, todas las cobardías frente a la probidad de cada sí y de cada uno. De mil años a esta parte, han embastecido y han embrollado todo aquello en que han puesto la mano, y tienen sobre la conciencia todas las transacciones de que está enferma Europa.
Friedrich Nietzsche. El anticristo (1893)
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