El maestro del Prado
Un amigo me regaló "El maestro del Prado", el último libro de Javier Sierra y me lo he leído. Nunca se me había ocurrido leer nada suyo.
El protagonista de la novela es el propio autor, veinteañero, que en 1990, de la mano de un extraño guía, descubre los secretos de las pinturas del Museo del Prado. De las pinturas renacentistas, mayormente.
Así nos enteramos del argumento de los cuatro cuadros que pintó Boticelli bajo el título "Nastagio degli Onesti", como si semejante historia fuera una novedad. O de que, según algunas lecturas de san Lucas y san Mateo, nacieron dos Jesús que terminaron siendo uno, como demuestran tantos cuadros de Rafael o del propio Leonardo. O de que Juan de Juanes pintaba el Grial que se conserva en la catedral de Valencia. O de que en "El triunfo de la muerte" de Brueghel, aparecen cuatro esqueletos correspondientes a cuatro letras del "Alfabeto de la muerte" de Holbein. O de que el Greco pintaba las visiones de don Alonso de Orozco.
¿A dónde vamos a parar con todo esto? A ninguna parte.
Si de verdad quieren saber de qué va la pintura renacentista y su relación con el neoplatonismo, es mejor que lean un ensayo de Erwin Panofsky titulado "Idea". Resulta mucho más apasionante y misterioso.
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