Un señor a otro
– Oye, la familia es la familia... Yo quiero mucho a mi hermana pero me tiro por mi mujer y mi hija, claro. Y aún te digo más, que algunos me dicen que estoy loco: Me tiro más por mi mujer que por mi hija, que, oye, al final, la que te va a cuidar es la mujer, que la hija se irá cualquier día, que ya tiene veintiuno, y formará su propia familia y, si todo va bien, si no se tuerce nada, con suerte, vendrá a verme alguna vez. Y para. Y mi mujer será la que se quede conmigo y me cuide si me hace falta. Ahora que yo, una cosa te digo... Que dicen algunos que si dar la vida... ¿La vida? ¿Quieres que te lo diga bien claro? ¡Yo no doy la vida por nadie! ¿Me has entendido? ¡¡Por nadie!! Yo por mi hija haré lo que sea, le ayudaré todo lo que pueda... Si necesita un riñón, que cuente con él, faltaría más... Pero la vida... ¡¿La vida?! ¡No me jodas, la vida! ¡La vida! ¡Mi vida es mía! ¡No la doy por nadie! Eso, que quede claro, ¿eh?, que quede claro.
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