Una señora y un señor
– A mí, eso, me sentó fatal.
– Lo de la boda.
– Sí, eso. Me sentó fatal, la verdad.
– Es que se están pasando, no sé qué se han creído.
– A ver qué necesidad tenían ahora de tener dos críos.
– ¡O dos perros!
– O dos perros, eso.
– ¡A ver si se creen que vamos a estar nosotros pagando todos sus caprichos!
– Pues, eso.
0 comentarios