Dos señoras
– Están todas gagás... Acuérdate de Feliciana.
– ¿El qué?
– Que se olvida todo, que hay que ir siempre detrás de ella, que todos los días se deja el monedero o las gafas...
– Sí, sí...
– Y un día, la veo que se levanta y se va al baño, y al cabo de un momento vuelve a pasar y le digo: Feliciana, ¿no te has olvidado nada?, y se me enfadó y todo, dice: ¡No me olvido nada, ¿qué me voy a olvidar? Y al cabo de un momento la veo pasar otra vez hacia el baño y le digo: ¿Qué, qué te has olvidado? Y se levanta las faldas y me dice partida de risa: ¡Subirme las bragas!
– ¡Jajaja! Sí, es verdad, sí...
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