Un matrimonio, el conductor y otro pasajero
– ¡Oiga! ¡¿Es que ya no entra el autobús por aquí o qué?!
– Tenemos que dar la vuelta en la siguiente rotonda.
– ¿Y entra por allí o qué?
– No, señor, da la vuelta y entra por donde siempre.
– Es que yo voy a Gran Casa.
– Pues, allí le deja, en "El pato rojo".
– ¡Ah, vale! Pues, vaya vuelta que nos hacen dar... Y esto, ¿a qué listo se le habrá ocurrido? Porque mira que hay listos, ¿eh? En fin... Espera, que me ha dicho que da la vuelta.
– Menos mal.
– Pues, sí, porque nosotros vamos a Gran Casa y si nos dejan aquí... ¡Imagínate!
– Pues, sí.
– ¡¡¡Pero qué haces!!! ¡¡¡¿Por qué te bajas aquí?!!! ¡¡¡Espere!!! ¡¡¡¿Ande vas?!!! ¿¿¿Pero no te he dicho que nos bajamos en Gran Casa?!!
– No sé...
– ¡Anda...! Pero si te he dicho que da la vuelta. ¿No has visto que le he preguntado?
– Sí, sí...
– Pues, menuda tirada hay, imagínate todo esto andando.
– Ya, ya... Para otra vez ya lo sabemos.
– ¡O no! Igual lo han cambiado otra vez porque esto es que no tiene cabeza de autobús ni de nada.
– La próxima es su parada.
– ¡O la otra, yo qué sé!¡La mía es la de Gran Casa!
– Pues, eso.
– Aquí, esta es nuestra parada. Anda, vamos...
0 comentarios