Una joven señora y un joven señor
- Si casi no nos vemos... Ella allí y yo aquí. Voy cada quince días para verla un momento...
- Pues, túrnense, que venga ella aquí, también.
- No puede. Trabaja hasta los domingos. Ya le digo que casi no la veo. Le he dicho que como esto siga así me buscaré otra.
- ¡No, no se busque otra!
- ¿Por qué? Podías ser tú, quizás.
- Jajaja... ¡No, yo no! ¡Estás loco!
- ¿Por qué?
- ¡Jajaja, jajaja, jajaja! Me dijeron que vives otra vez con Carlos Eduardo.
- Sí, se fue, volvió: "¿Me puedes alquilar una habitación?" Y cómo, sin problema. Y usted sigue con Anita, creo.
- Ahí estamos, sí.
- Podíamos quedar algún día.
- Yo no salgo.
- ¿Y cómo no?
- No salgo.
- ¿Y qué hace metida en casa?
- Me voy a la cama.
- Venga a vernos. En mi casa también hay de eso, y no una si no varias.
- ¡Jajaja! Yo no salgo.
- Por platicar, no más.
- ¡Jajaja! ¡Ya estamos platicando!
- Quiero decir... venga sólo de visita.
- ¿Sólo de visita? ¡Jajaja! ¿Ni un cafecito me ofrecerá?
- Si quiere, yo le preparo un cafecito.
- ¡Jajaja! Un cafecito...
- A mí no me cuesta levantarme a prepararle un cafecito si le gusta desayunar en la cama...
- Qué desahogado es usted.
- Pues, no más que por reirnos un poco, ¿no es cierto? Esta pinche vida es mejor tomársela un poco a broma.
- Eso es verdad.
- Pues, eso, quedamos, platicamos...
- Tú y yo no tenemos nada y si nos vemos será por ahí, ¡jajaja!
- Podemos salir.
- Yo no salgo, ¡jajaja!, si nos vemos será por ahí.
- Pero, podemos...
- ¡Jajaja! Yo no salgo, si nos vemos será por ahí.
- Pero...
- Si nos vemos será por ahí. Yo no salgo. Sólo salgo los lunes a comprar la comida. Los lunes salgo a comprar. Los lunes.
4 comentarios
cano -
Vicente -
Tiemblo al pensar que me privan de éstas pláticas, aunque sea un par de días.
cano -
Harry Sonfór -