Dos señoras de cierta edad
– Ayer vi a tu chico, que no lo conocía... ¡Madre lo que ha cambiao!
– Sí. ¿El pequeño o el mayor?
– El de melenas. De verlo con el pelo pincho a verlo así... Y es que está mu grande.
– El mayor. Pues el pequeño aún está más alto. Uno ochenta y cinco o por ahí, mide. Que su hermano tiene envidia y se aupa y dice: Estamos iguales, estamos iguales.
– Como los críos.
– Igual. Tiene veinticuatro, maña, y nos hemos quedao en los dieciséis.
– Ya madurará algún día.
– No, si es muy maduro. Pa lo que tiene que ser maduro, es muy maduro, mu responsable. Pero, que es un enredador.
– Sí, que será maduro pa unas cosas y no pa otras.
– Ya te digo que pa lo que tiene que ser maduro, es mu responsable. Siempre lo ha sido, desde pequeñico.
– La Paqui me dijo, ¿Los hijos de la María, de qué tribu son, pues?
– ¡Jejeje, de qué tribu, dice, jejeje!
– Chica, que yo no entiendo de eso. ¿No se dice tribu o qué?
– Son de distintas tribus. El mayor, el de las melenas, ese es jevy. El otro es friki.
– Que no entiendo. A mí no me gustan así pero, bueno, son modas... Ellos sabrán. La cuestión es que sean buenos chicos.
– Sí... Como dicen ellos: Peores cosas podíamos ser.
– Sí, claro.
– Imagínate que fueran cabezas rapadas. O punkis, con lo mal que huelen, que es que es una peste como huelen...
– Es que a mis hijos no les ha dao por esas cosas, ¿sabes?.
– Pues, ya ves, yo, ya...
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cano -
josep m. fernández -