Dos jubilados
– Me voy a sentar... ¿me deja pasar o se corre? Yo voy hasta el final.
– Pase, pase, que yo me bajo enseguida.
– Parece que va parando el viento...
– Pues, sí.
– Aún está valiente, ¿eh?
– ¿El qué?
– ¡¡El viento, que aún está valiente!!
– ¡Ah, sí!
– Vengo del huerto, y lo único que resiste es una roseda que tengo junto a la tapia. Lo que tengo plantao a tres metros de la tapia, to socarrao, pa tirar.
– Je, je... La roseda, ¿eh? Lo único que no se pué comer.
– Exactamente. Las lechugas y las acelgas, socarradas. Y todo igual. Las tomateras de mi vecino... ¡puag!
– Son mu sensibles las tomateras.
– Y los pimientos, aún más.
– Sí, los pimientos son mu delicaos.
– Dice mi vecino que iba a arrancar todo y a ponerlo nuevo y le dije yo: "Espera", pero no me hizo caso y, ahora, tendrá que arrancar todo otra vez por se le ha socarrao. Yo, ahora es cuando voy a plantar lo nuevo y será lo que tire y lo de mi vecino, na...
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