Dos jubilados, una señora y yo
– Sí, a ese lo tuve yo y le dije: "Aunque tengas que fregar y guisar, yo sólo te voy a encargar una cosa. Pero, quédate aquí, que te puede interesar. Aprendes y después te puedes colocar de cocinero en un cuartel o algo así.
– Ese vivía...
– Sí, ¿no te acuerdas? Que vivía por ahí, entrando por abajo, por Santa Teresita, tres o cuatro puertas y ya estaba su casa. Yo no llegué a estar, siempre pasaba de largo.
– Estábamos bien, entonces, ¿eh?
– Me mataba a trabajar pero no me quejo. Oye, lo que trabajaba, me lo pagaban.
La señora, a mí:
– Vaya primavera fría, ¿eh?
– Fría, fría...
– ¡Todo el invierno, ¿eh?!
– Pues, sí... menudo invierno.
– Y espera... Con todas esas catástrofes por ahí, pobres. ¡Uh! No sé qué va a ser de la Tierra.
– Mal plan.
Los jubilados:
– Pero, a ti, ¿quién te pagaba?
– Yo cobraba por ellos, o sea, venía el del Banco Hispanoamericano, ¿te acuerdas?, ¡el Cano!, pues, venía ese, pero antes tenía que pasar a cobrar el cheque americano...
– ¡Ah, te pagaban el cheque americano!
– Sí, sí... y luego, cambiaba de ventanilla y me lo pagaba el Cano. Que antes teníamos que bajar en frente de la calle Alfonso, que entonces estaba allí el Banco Hispanoamericano.
La señora:
– ¿Bajamos en lo de Germán o qué?
– Pero, si bajamos en lo de Germán es para irnos ya a casa.
– ¡A casa, a casa! (A mí) Ya pagaban bien los americanos, ya.
– ¿Estaban ustedes en la Base?
– Mi marido.
– Ya.
– Cuando salían diciendo, la gente que salía diciendo: "¡Fuera los americanos, fuera los americanos!", yo decía: "Eso lo decís porque no trabajáis con ellos". Pero, luego se fueron y bajaron los sueldo ¡Prrrrrrr....! Por eso, mi marido se jubiló en cuanto pudo, porque así le quedaba más pensión, ¿sabe?
– Claro.
Los jubilados:
– No, la primera vez que nos echaron fue sin nada, con lo que habíamos cobrado aquel mes, que por eso hablo yo tan bien de don Francisco de Goya y Lucientes, alias "El gallego"...
– Pero, ¿sigues viviendo en Las Fuentes!
– ¡No, qué va, primero viví en Las Fuentes, luego me fui a Rodrigo Rebolledo y ahora vivo aquí, donde me crié, he vuelto a donde me crié. Donde me crié antes de irme a Barcelona, a Francia... En mi trabajo hay que moverse mucho porque si no... Aquí había cuatro restaurantes en guerrilla, ¿qué futuro tenía?
– Claro...
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