Un señor mayor
Pues es que se encontraron dos magistrados con sus respectivas esposas cambiadas, a la puerta de un hotel de lujo, y dijo uno de ellos:
- Creo que lo correcto sería que cada uno se fuera con su esposa sin decir nada.
A lo que respondió el otro:
- Sería lo correcto pero no lo justo, porque yo iba a entrar y usted salía.
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