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de profesión incierta

L/ El candor del padre Brown. G. K. Chesterton

L/ El candor del padre Brown. G. K. Chesterton

Tanto Chesterton como el padre Brown eran unos maestros de la paradoja como demuestra el hecho de que el autor llamase candoroso a su personaje. Si la paradoja me fascina, no me fascina menos el escepticismo, sobre todo, practicado por un cura de pueblo. Para que luego me llamen sectario y anticlerical. En los cuentos del padre Brown siempre había tenebrosos a la par que presuntos misterios (con los que Iker Jiménez podría haber llenado una o dos temporadas), que asustaban a todos excepto al señor cura, que, como quien no quiere la cosa, acababa encontrando una explicación lógica para todos ellos.

Tanto el mayordomo Jeeves como el padre Brown eran unos auténticos somardas. Repito: creo que el humor aragonés lo aprendí de los escritores ingleses.

 

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