Este cuerpo es humano
A petición de Rosa Tabernero, reproduzco mis palabras en la presentación de “Este cuerpo es humano”, pese a que la misma Rosa reconoció que lo mejor fueron los silencios.
Señoras y señores:
Me uno a los agradecimientos de Carlos y sólo me queda decir que el libro está excelentemente editado, que los textos de Carlos están muy bien pero que yo estoy fatal.
A la desviación de tabique nasal que sufro desde niño, se unen las afecciones en la pituitaria para no dejarme respirar, lo que me produce una irritación en la faringe que me llega hasta la epiglotis. Después está lo de las cervicales: Tantos años de trabajo sobre el tablero, soportando el excesivo peso de esta cabeza, hace que me duela el músculo trapecio desde el occipital hasta las escápulas.
Peor es la presión que ejerce la quinta vértebra lumbar sobre el sacro, aprisionando el nervio ciático, lo que duele un huevo. A nivel coxofemoral, claro.
No quiero aburrirles con mis problemas de próstata, mis desarreglos gastrointestinales y el meteorismo.
Pero sí quiero comunicarles que sufro una cierta degeneración neuronal que me impide establecer las sinapsis adecuadas en el momento oportuno. Ustedes perdonen y muchas gracias.
Me gustaría añadir que, al finalizar mis palabras, Julia Antígona exclamó: ¡Olé ese cuerpo!
La fotografía "Este escaparate es humano" es de Vicente Almazán.
0 comentarios