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de profesión incierta

Otra historia real

Otra historia real

 

Esta es la historia que más veces le oí contar a mi padre.

 

LOURDES

 

18 de julio de 1936. Los Exploradores de Zaragoza están acampados en Ordesa. El jefe de campamento es un holandés afincado en Zaragoza, directivo de la fábrica de Lejías Conejo, al que todos llaman Señor Tim (de Timmerman).

Tras los primeros momentos de desconcierto, se enteran de que Zaragoza es “zona nacional” y Ordesa, “zona roja”. Las autoridades republicanas deciden retener a todos hasta ver que se hace con ellos. Los milicianos montan guardia para que no se marchen. Desde ese momento, el juego favorito de los acampados consiste en burlar su vigilancia. Algunos proyectan arriesgadas fugas. La mayoría sale a robar patatas por los campos cercanos. Un día vuelve de Torla el Señor Tim: “Yo también colaboro con la causa”, dice sacando un chorizo de Pamplona de su pantalón.

Pasan las semanas, llegan los primeros fríos y la situación empieza a ser insostenible. Gracias a la intervención de la Cruz Roja, viajan de Ordesa a Barcelona. Se alojan en un convento. Durante los días que permanecen en Barcelona se encargan de realizar diversos trabajos. Mi padre, por ejemplo, con 16 años, actúa de portero en una asamblea del POUM: “Compañero, hay que dejar la pistola en esta mesa antes de entrar al salón”. Algunos se rebrincan. Al final tiene sobre la mesa un verdadero arsenal.

Viajan a Marsella en barco. Llegan de noche y se alojan en un hospital. Pasan entre las camas de los enfermos que los miran de forma inquietante. Por la mañana descubren que están en un manicomio. Uno de los internos barre incansable una única baldosa, procurando no salirse.

Los llevan a Lourdes y se alojan en un convento de monjas. Ejercen funciones de camilleros. Llevan a los enfermos a las piscinas y a las procesiones. Ave, ave, ave María….Cuando las monjas no les ven, conducen las camillas y las sillas de ruedas cono patinetes. Algunos enfermos acaban estozolados. Ayudan a entrar a los enfermos en las piscinas de agua bendita. Hay unas bolsas con dos asas para bañar a los peregrinos que no tienen brazos ni piernas.

Empiezan a sentirse vigilados cada vez que salen de paseo. Un buen día, rodean al espía republicano que les sigue con ánimo de escarmentarlo. Pero descubren que su enemigo es una buena persona y deciden dejarse espiar para que el hombre no tenga problemas con sus jefes. A veces bajan a avisarle: “Que hoy no vamos a salir”. Otras veces le engañan.

Llega el crudo invierno y con él las memorables nevadas y las batallas con bolas de nieve. Aprenden francés y se ponen motes que conservan toda la vida: “El Hanchis”, un chico de grandes caderas; “Petitón” (petit homme), otro demasiado bajito…(No sé si aprendieron francés con las francesas porque mi padre era muy reservado en esos asuntos. Sólo hablaba de las monjas).

Por fin, tras nueve meses, acaban las mejores y más largas vacaciones de su vida y vuelven a Zaragoza.

Más tarde se enteran de que han sido canjeados por una compañía de revistas ,“Las naranjas de la China”, que había visto interrumpida su gira en Zaragoza, precisamente. Al parecer, la primera vedette de la compañía era amante de un conseller de la Generalitat.

 

Algunos antiguos exploradores dan con ella en los 80 o los 90 y se desplazan a Madrid para conocerla. Ella les recibe abrazándoles emocionada: “¡Hijos míos!”.

 

 

8 comentarios

Ignacio -

Ayer 23 de Enero falleció mi abuelo que también formó parte de los boy scouts de Zaragoza,tenía 11 años cuando salió para el valle de Ordesa y también comentaba siempre esta aventura. Para él todos los scouts siempre fueron su familia.

Pilar -

Mi padre fue uno de ellos. Tenía 11 años en ese momento. Ya ha fallecido.

Luis -

¿Cuantos eran..?

Frida Sinka -

Qué Trueba ni Trueba esta hitorieta es la nº 21 de las vidas de aragoneses que tanto nos gustan. ya estás tardando. tu padre se lo merece

Javier Delgado -

José Luis:
"¡Siempre listos! ¡Toujours prêts!"

Y el simpático saludo con los deditos.

cano -

No creas. Quizás me equivoqué de Trueba. Se lo mandé a David y ni me contestó. No sé como le aguanta Ariadna.

Pepe Cerdá -

Si se lo cuentas a Trueba hace una película.
Excelente historia.
Saludos.

Inde -

¡Qué preciosa historia!