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de profesión incierta

Más ilustración aragonesa

Más ilustración aragonesa

Gustavo Puerta me ha dejado un comentario en la entrada “Ilustración aragonesa”, que todavía pueden leer un poco más abajo, y me parece que vale la pena que lo traiga a la portada de este blog.

 

 

Leer las líneas que le has dedicado al texto que escribí para el catálogo de la exposición “Imaginar la palabra. Ilustradores aragoneses en el siglo XXI” ha sido para mí muy estimulante y espero que el debate que abres se alimente aún con aportaciones provechosas que vayan más allá del victimismo.

Más allá de sentar los requisitos necesarios para ostentar la aspirada “denominación de origen”, me interesa indagar en qué consecuencias se derivan de utilizar la baraja identitaria, a quién ha beneficiado su empleo y cómo ha sacado provecho de él.

Si no acabo de ver a los ilustradores aragoneses agrupados como en una “denominación de origen” es porque, tal como lo expreso en el catálogo, “ni existe una cepa ni una forma de “imaginar la palabra” que distinga a los ilustradores aragoneses de los de otras latitudes”. Ahora bien, partiendo del hecho de que tal categoría parece ser aceptada de forma acritica, y que además la Edad de Oro de la ilustración infantil aragonesa ha sido proclamada, me pregunto entonces por los fundamentos de semejantes juicios. ¿Qué distingue y hace superior el oficio del ilustrador y la producción editorial aragonesa sobre los de otras regiones españolas o del mundo: …Su contacto con un valioso legado artístico?, …la consolidación de escuelas y centros de formación punteros?, …el desarrollo de una industria editorial que destaca por su calidad y ventas de derechos en el extranjero?, …la novedad y originalidad de los temas y enfoques planteados?

Que cuestione la “denominación de origen” y, sobre todo, a quienes se han valido de crear el fantasma de la “Edad de Oro” para beneficio propio, no quiere decir que no valore el trabajo y la obra de una serie de profesionales de la ilustración expuestos en la sala de exposiciones de la Diputación de Huesca. Es más, creo que el tema de la identidad merece una reflexión detenida y responsable. De este esfuerzo podría, por qué no, surgir un propuesta colectiva autoexigente y coherente capaz de enfocar, por ejemplo, la literatura infantil desde perspectivas inéditas.

 

Gustavo Puerta Leisse

 

 

 

Ya dije que compartía muchos de los argumentos de Gustavo Puerta y, de todos ellos, en mi texto, sólo pretendí matizar el de la hipotética identidad aragonesa, intentando explicarme en qué pueda consistir semejante cosa o por donde podríamos alcanzar nuestra presunta “denominación de origen”.

Gustavo Puerta, en su comentario, vuelve a ampliar el debate y, como pasa siempre con los especialistas, maneja datos que yo desconozco.

A uno, que suele estar en el estudio trabajando, se le llegan a pasar cosas, al parecer tan cacareadas, como la proclamación de una "edad de oro" de la ilustración aragonesa. No tenía ni idea, se lo juro. Ni sabía que se había proclamado semejante cosa, ni quién la proclamó, ni a quién benefició la susodicha proclamación.

Lo que sí sé es que ahora hay más y mejores ilustradores en Aragón que hace treinta años. Quizás eso sea todo. Podemos considerar que vivimos el mejor de los tiempos respecto a nosotros mismos, no respecto al mundo mundial. A Gustavo Puerta le parece muy poco y seguramente tiene razón. Pero por algo se empieza. Precisamente mi texto pretendía ir un poquico más allá, empezando a pensar alguna cosa a partir de esa mínima realidad que disfrutamos. Ya dije también que, de alguna forma, estaba haciendo Arte-ficción.

 

2 comentarios

cano -

Por eso es tan difícil entenderse.

Vicente -

Hablando se entiende la gente inteligente.