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de profesión incierta

ocurrencio

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A los 16 años descubrí las películas japonesas en los cines de arte y ensayo. Un día, fascinado por aquella estética, llegué a casa y les dije a mis padres: “De mayor quiero ser japonés”. No me hicieron ni caso.

Ayer me vi en los espejos de la clase de Tai Chi y pensé: “Aún puede que lo consiga”. 

 

2 comentarios

cano -

Vaya compañero con dos pelotas que tenía usted, Harry. Yo a esa edad ya era lo suficientemente hipócrita como para callármelo.

Harry Sonfór -

Mire que le cuento algo parecido: tendría unos cinco años, recién entrado en el colegio. Nos preguntaron en clase qué queríamos ser de mayores. Yo solté algún oficio parecido a lo que soy ahora, nada del otro mundo, otros dijeron otros oficios y luego un compañero dijo que él quería ser indio (indio, eso, indio, de los de la pluma que tiran flechas contra los vaqueros). Yo me quedé pensando que ese compañero tenía que ser medio tonto, pensar que de mayor quería ser indio. Oiga, pues nunca me he olvidado de aquello y, conforme pasó el tiempo, cada vez me parece la mejor respuesta de la clase. Ahora me pregunto si lo habrá conseguido. Yo espero que sí.