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de profesión incierta

André Gide

André Gide

– Y como esto puede servir de exordio, explicaré ahora, de antemano y sin circunloquios, los dos primeros puntos de mi disertación:

Primer punto: Hay que tener un águila.

Segundo punto: Además, todos tenemos una.

En el temor, Señores, de que me acusen de ideas preconcebidas; temiendo también perjudicar la libertad de mi pensamiento, sólo he preparado mi disertación hasta ahí; el tercer punto emanará naturalmente de los otros dos; dejo a la pasión todo su juego. – A manera de conclusión, Señores, el águila pasará la bandeja.

 

 

 

Le Prométhée mal enchaîné.

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