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de profesión incierta

S/ Ratoncito y gatonazo. Autor e ilustrador desconocidos

S/ Ratoncito y gatonazo. Autor e ilustrador desconocidos

 

De muy pequeño, me regalaron este libro. La trama era lo de menos: Unos gatos intentan rodar una película y Ratón Cito les desbarata todo el tinglado, como Grilló y yo hicimos más tarde en el colegio. Lo que me gustaba del libro era el tinglado que montaban, más teatral que cinematográfico, por cierto.

Los gatos, por ejemplo, rodaban la escena de un trovador rondando a una damisela. En la magnífica ilustración, se veía la fachada de la torre tras la que se alzaba una escalera de mano en la que estaba subida la gatita para asomarse a la ventana. El trovador cantaba junto a una charca que en realidad era un barreño oculto entre unos juncos recortados en madera. En la charca se reflejaba la luna que en realidad era otro recortable suspendido en el aire con una caña de pescar.

Me moría por hacer algo así. Pero, después de darle muchas vueltas, pues ya era un auténtico negado para el bricollage, me di cuenta de que, aunque hiciera exactamente lo mismo, nunca tendría la magia que tenía en el dibujo. Y en consecuencia, en dibujante me quedé.

Ahora bien: ¿cómo sabía yo que aquel dibujo era bueno? Pude recuperarlo de mayor y les aseguro que lo era.

¿Cómo pude hacer esa especie de análisis semiótico, siendo tan pequeño; cómo fui consciente, como diría Eco, del residuo extra-semiótico no codificable de aquella ilustración si de mayor me costó tanto esfuerzo entender “La estructura ausente”?

 

Como no tengo ninguna ilustración de aquel cuento, reproduzco la imagen que ilustraba la cubierta de "La estructura ausente" de Eco.

 

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