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de profesión incierta

Las musas y los modernos

ANNA Y LOS MODERNOS

ANNA Y LOS MODERNOS

 

A/ “En el principio Eurínome, la Diosa de Todas las Cosas, surgió desnuda del Caos...”

Según Robert Graves,”la Diosa es una mujer bella y esbelta con nariz ganchuda, rostro cadavérico, labios rojos como las bayas de fresno, ojos pasmosamente azules y larga cabellera rubia, ...que se transforma súbitamente en cerda, yegua, perra, zorra, burra, comadreja, serpiente, lechuza, loba, tigresa, sirena o bruja repugnante.”

Semejante papel sólo puede ser interpretado por una actriz apasionada y versátil como Anna Magnani.

En este caso, sin embargo, la vesatilidad no se manifiesta como metamorfosis sino como decadencia –siempre según Robert Graves– pues el patriarcado relegó a la Diosa triple al papel de musa nonagonal mediante el que establece relaciones más o menos íntimas con los artistas.

 

B/ Gianni Vattimo considera la modernidad como “una progresiva “iluminación” que se desarrolla sobre la base de un proceso cada vez más pleno de apropiación y reapropiación de los “fundamentos”, los cuales a menudo se conciben como los “orígenes”, de suerte que las revoluciones, teóricas y prácticas, de la historia occidental se presentan y se legitiman por lo común como “recuperaciones”, renacimientos, retornos. La idea de “superación”, que tanta importancia tiene en toda la filosofía moderna, concibe el curso del pensamiento como un desarrollo progresivo en el cual lo nuevo se identifica con lo valioso en virtud de la mediación de la recuperación y de la apropiación del fundamento-origen”. Más claro, agua.

 

 

C/ Los dibujos de esta exposición pretenden simplemente ilustrar estos conceptos a la manera de Alciato. 

 

1– Anna, en el papel de Clio, musa de la historia, espera inutilmente la llamada de Baudelaire

1– Anna, en el papel de Clio, musa de la historia, espera inutilmente la llamada de Baudelaire

Anna Magnani protagonizó la película de Roberto Rosellini, basada en la obra de Jean Cocteau, La voz humana, que más tarde inspiró a Pedro Almodovar su Mujeres al borde de un ataque de nervios.

Por otra parte, Baudelaire ha sido canonizado como fundador de la modernidad.

Si, como ya hemos visto, ésta se desarrolla sobre la recuperación de fundamentos y orígenes que justifiquen sus fines y si, a estas alturas, los postmodernos nos descubren que la historia no tiene sentido y no vamos por tanto a ninguna parte, nos quedamos sin fines que justificar. La autenticidad que otorgaba a la vanguardia el retorno al origen acaba compuesta y sin novio. 

 

3– Anna, en el papel de Polymnia, musa de la elocuencia, nos presenta a Malevich

3– Anna, en el papel de Polymnia, musa de la elocuencia, nos presenta a Malevich

Para algunos autores, la plenitud de la vanguardia no queda definida en el momento crítico sino en el constructivo, en la mera práctica específica. “La obra de arte se constituye en su especificidad, provocando la emergencia de realidades específicas, irreductibles a la existencia y, a la vez, impensables al margen de ella” (Piñón). Por ejemplo, el legendario cuadrado negro de Malevich. Semejante capacidad de síntesis hace que el público poco avisado establezca cierta correspondencia entre la elocuencia de la geometría y la Comedia dell’arte. 

 

2– Anna, en el papel de Calíope, musa de la retórica, echa un pulso a Marcel Duchamp

2– Anna, en el papel de Calíope, musa de la retórica, echa un pulso a Marcel Duchamp

“Dados...1. Marcel Duchamp (Rrose Sélavy), luz de gas de todas las modernidades y 2. Anna Magnani (L.H.O.O.Q.), cascada de vitalidad torrencial, determinaremos las condiciones del Reposo instantáneo (o apariencia alegórica)...”, etc.

Desde que Leonardo decretó que la pintura es cosa mental, la progresiva independencia del arte le lleva a preguntarse incesante, insensata e inevitablemente ¿qué soy yo? Ante la imposibilidad de darse una respuesta categórica, procede por eliminaciones sucesivas hasta disolverse en la retórica del silencio. Sin embargo, para Beuys, el silencio de Duchamp ha sido sobrevalorado y, para Ad Reinhardt, el fin del arte no es el fin del arte. 

 

4– Anna, en el papel de Talía, musa de la comedia, posa como “española” para Picabia

4– Anna, en el papel de Talía, musa de la comedia, posa como “española” para Picabia

Sabemos, siguiendo al maestro Baudelaire, que a estas alturas de la historia estamos tan absolutamente desazonados que nos reímos con insolencia de todo y de todos para disimular nuestros peores miedos.

Picabia, el iconoclasta, por ejemplo, era capaz de compatibilizar la idea de que “el arte es un agujero en la nada” con la idea de que la española cuando se pinta, es que se pinta de verdad. Sin embargo, a los vanguardistas no les interesó esta frivolidad. Ni a los otros. 

 

5– Anna, en el papel de Euterpe, musa de la música, bromea disfrazada de violon d’Ingres con Man Ray.

5– Anna, en el papel de Euterpe, musa de la música, bromea disfrazada de violon d’Ingres con Man Ray.

La broma, como ya hemos visto, es el género que mejor define a cierta vanguardia. Siguen siendo muy celebradas las de Man Ray.

Eternizar el instante, ese tradicional propósito de la pintura, requiere una esforzada elaboración artesanal que contradice sus fines. La fotografía, en cambio, capta el instante a la velocidad de la luz al incorporarla a su proceso de reproducción.

Y, encima, con cachondeo. Como dijo Mihura, antes de volverse japonés: Ay que risa, tía Felisa. 

 

7– Anna, en el papel de Erato, musa de la poesía erótica, seduce a Buster Keaton

7– Anna, en el papel de Erato, musa de la poesía erótica, seduce a Buster Keaton

Cuando decimos que pertenecemos a la civilización de la imagen nos falta añadir que se trata, sobre todo, de la imagen en movimiento. La velocidad, para Virilo, es el elemento constitutivo de nuestra época. (Para tenernos sentados, añadiría malévolamente Guy Debord). Por eso el Cine es el arte de nuestro siglo, Buster Keaton pudo ser moderno sin premeditación y, como (en) el Cine, quedarse con la chica. 

 

6–Anna, en el papel de Terpsícore, musa de la danza, baila con Picasso

6–Anna, en el papel de Terpsícore, musa de la danza, baila con Picasso

En su Pierre Menard, Borges nos propone el juego del anacronismo deliberado: “recorrer la Odisea como si fuera posterior a la Eneida y el libro Le jardin du Centaure de Madame Henri Bachelier como si fuera de Madame Henri Bachelier”, dice el misógino. Del mismo modo, podríamos considerar a Picasso el titán de los pintores, el demiurgo arrebatado que generosamente proporciona modelos a todos sus descendientes, desde los primitivos africanos a los transvanguardistas, desde los clásicos griegos a los pompiers decimonónicos, pasando por Velázquez, Rembrandt, Goya y Cèzanne, naturalmente. 

 

8– Anna, en el papel de Melpomene, musa de la tragedia, besa a Frida Kahlo

8– Anna, en el papel de Melpomene, musa de la tragedia, besa a Frida Kahlo

El agresivo impulso de la vanguardia se extingue ante la falta de resultados. “No ha cumplido lo que prometía”, sentencia Adorno. Las piezas más transgresoras de la vanguardia, las que pretendían derribar el muro alzado entre el arte y la vida, han acabado entre los muros de los museos ostentando la dudosa condición de “obras de arte”.

Con el espinazo roto, Frida Kahlo nos sirve de ejemplo: Arriadas las banderas de la utopía, desplegamos sutilmente el diario íntimo. Ay de mí, llorona... 

 

9–Anna, en el papel de Urania, musa de la astronomía y de la astrología, se confiesa con Leo Castelli

9–Anna, en el papel de Urania, musa de la astronomía y de la astrología, se confiesa con Leo Castelli

Desde que Hegel diagnosticó que no había nada más obsoleto que el arte, éste, espoleado por su histórico complejo de inferioridad, emprendió una desesperada huída hacia adelante intentando alcanzar posiciones de vanguardia hasta conseguirlo. La propia dinámica vanguardista le hizo pasarse de revoluciones y sólo pudo continuar su marcha a remolque del Mercado alcanzando, eso sí, cotizaciones astronómicas. Lo que justifica, mal que nos pese, hasta el 80% de beneficios para la galería.