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de profesión incierta

Me gusta, no me gusta

Me gusta, no me gusta

Imagináos que el Verbo Encarnado mismo, después de decir desde el monte aquello de "No os cuidéis del día de mañana: el día de mañana cuidará de sí mismo: a cada día con su mal le basta" y los lirios del campo y los pájaros del aire, se baja del monte, y acude alguno a felicitarle "Bravo, maestro. Ha estado usted de aúpa. Me ha gustado como nunca": ¿adónde creéis que enviaría el maestro al fan o feligrés?

 

 

 

 

Agustín García Calvo. Diálogos de gente. Lucina.

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