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de profesión incierta

El fin del arte

El fin del arte

Dice Donald Kuspit, en el libro que lleva el título de esta entrada, publicado por Akal, que el arte actual ya no es arte y que, además, ha caído en la banalidad más absoluta. Y achaca tan triste caída a que los artistas conceptuales han perdido contacto con su inconsciente, con el niño o el lagarto que todos llevamos dentro. Hasta aquí, parece un texto escrito para el catálogo de mi próxima exposición, que trata exactamente de lo mismo, aunque su título será Blancanieves.

Pero, después, se lía con lo bello y lo feo, con el carácter catártico de lo bello frente a lo feo, en un fárrago de palabras que se podía haber ahorrado citando esta línea de Rilke:

Porque lo bello no es sino el comienzo de lo terrible, que todavía podemos soportar...

Y luego aún se lía más sobre la necesidad de dominar el oficio para poder llegar hasta el inconsciente, cuando durante todo el siglo XX hemos sabido que para alcanzar el dichoso inconsciente lo que hay que hacer es desaprender las enseñanzas de la academia. No sé, quizás reclama el oficio para alcanzar la belleza y no el inconsciente, aunque no tengo claro si es que la belleza reside en el inconsciente o es que el inconsciente necesita un tratamiento de belleza para salir a la luz. No sé, ya digo, que al final me ha liado a mí también.

Total, para acabar poniendo de ejemplo cosas como la ilustración de ahí arriba. Cágate lorito.

 

 

2 comentarios

cano -

Muchas gracias, amigo.

Vicente -

Genial, don Cano, ¡genial!