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de profesión incierta

Dos señoras

– ¿Qué te crees que me pasó ayer?

– Cualquier cosa.

– Bueno, fuimos a la ortopedia a buscar apósitos para mi marido, que te acuerdas que le operaron de las dos hernias...

– Sí, sí, que me acuerdo...

– Bueno, pues estábamos mirando tamaños, que si este será muy grande, que decía mi marido, que si era muy grande... Total, que se acerca el dependiente y nos dice, "¿Les puedo ayudar en algo?", y le digo: "Que no sabemos si estos apósitos serán muy grandes..." y nos dice: "¿Para qué los quieren?", y le digo: "Es que han operado a mi marido de las hernias y..." y va y dice: "Ah, de eso sé mucho" y veo que empieza a desabrocharse el cinturón, que se baja la cremallera... ¡Oye, pues que nos enseñó las dos cicatrices que llevaba de que también le habían operado a él!

– ¡No me digas!

– Allí estábamos los dos, viendo las cicatrices del buen señor... ¿Tú crees que es normal?

– ¿Y tú marido qué hizo? No se bajaría también los pantalones para comparar...

– ¡Qué dices! Con lo pudoroso que es mi marido. Pues no decía nada, claro... Allí estábamos los dos como dos pasmarotes. Pero, vamos, que no lo veo muy normal... Oye, pues el hombre, más tranquilo que para qué, enseñándonos las ingles.

– Qué cosas...

– Desde luego, la gente te enseña las ingles con una tranquilidad que no es normal, la verdad.

 

 

4 comentarios

Inde -

Eso digo yo, siño Cano... Como no sean las lamparillas del Pilar, si arrancaron el cable del atril...

cano -

Muchas gracias, señor Fernández.
Doña Inde, me deja usted caviloso. ¿Qué querría decir la moza? ¿De qué estaría hablando? ¿Qué velas?

Inde -

Delante de la puerta del bar donde me estaba fumando un cigarro, una chica:

--¡Y entonces va y se nos fundieron las velas!

josep m. fernández -

Buenísimo.