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de profesión incierta

Dos señoras jóvenes con un señor que no habla y otro señor mayor

– ¡Te mandaba a tomar pol culo!

– ¡Jajaja!

– Ya querrías tú tener la fuerza que tengo yo, ya te gustaría ser tan fuerte como soy yo... Cuando me operaron, yo sola me lo pasé todo, que a mí no me cuidó nadie. Como mejor se está, sola, sin nadie que te moleste. Yo es como mejor estoy. Ya te digo, ya te gustaría a ti ser tan fuerte como yo...

– Y ya querrías tú tener mis años.

– Te crees que eso es todo, ¿no? A estas, una persona de 70 años ya les parece que tiene que estar en la tumba. Pues, no señor, ahora una persona de 70 es muy joven, a ver si te enteras. Perdone, ¿qué años tiene usted? Si no le importa...

– 84 y vivo solo.

– ¿84? ¡Madre mía! ¿Has oído? Este señor tiene 84 años y mira como está. Y tú que tienes 70 parece que tienes 90. Claro, es cuestión de cuidarse, este señor se habrá cuidado...

– Llevo 20 años haciéndome la comida yo mismo.

– ¿Se hace la comida usted? ¡Y con 84 años! ¿Y tú? Antes he tenido que gritarle porque salía de casa con la chaquetilla del pijama en lugar de la camisa.

– Y la bragueta abierta.

– Y la bragueta abierta. ¿Es para gritarle o no? Semejante dejadez... Para conservarse joven hay que arreglarse y ser un poco más presumido. A mí me gusta vivir sola. No tienes que aguantar a nadie y es lo mejor. Ahora vivo con mi padre porque está mal.

– Ah, que está enfermo...

– De la cabeza, con depresión.

– Mujer, entonces es normal que...

– La depresión, como cualquier otra enfermedad: tiene que poner de su parte para curarse, si no...

 

 

 

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