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de profesión incierta

Dos señoras

- ¿Qué te ha pasado en el brazo?

- Que lo tenía inflamado, he ido a la fisio y me ha dicho: "Te pongo una venda y si el lunes sigues igual, ya haremos algo".

- ¿Y eso, de qué?

- Pues, chica, yo creo que es de llevar a la perra, que se ha hecho vieja, tiene miedo de salir a la calle y va siempre tirando, y yo, por llevarla con la correa bien corta como el encantador de perros, para que sepa quien es el jefe de la manada...

-¡"El jefe de la manada, el jefe de la manada"! ¡Pero qué jefe de la manada si luego te ve recoger sus mierdas!

6 comentarios

Bernardo Vergara -

Ja, ja. Es buenísimo.

cano -

¿No será porque es mejicano? Desde Jorge Negrete y Chamaco, los mejicanos han tenido mucho éxito entre las españolas que cuando besan, es que besan de verdad.

Harry Sonfór -

No es mala la teoría, Inde, pero no nos vale del todo, que mi señora ve también el programa del encantador de perros español y ese señor tiene de oriental lo que servidor de Andrés Velencoso.

Inde -

Porque tiene pinta de oriental, pero es americano. Conjuga una mezcla estupenda, el oriente y el occidente... ¿Qué más se pué pedir?

cano -

Es cierto: al encantador de perros, las señoras le tienen auténtica devoción. No creo que sea por su belleza, ni por la barbita recortada, ni por su seriedad profesional... ¿Será por su labia? ¡Explíquenoslo, Inde!

Harry Sonfór -

No sabe usted el tirón que tiene el encantador de perros entre las señoras. El otro día descubrí a la mía viendo el programa. «Pero si nosotros no tenemos perro», le dije. «Da igual, me gusta verlo», me contestó. Así está la cosa. Voy a ponerme a adiestrar las lagartijas del jardín para que hagan números de baile a lo Busby Berkeley para ver si así recobro mi status en la casa.