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de profesión incierta

Un señor cojo y otros pasajeros

- ¿Se quiere sentar?

- ¿Se baja pronto?

- Sí, yo bajo en seguida.

-Entonces me siento. ¡Ah...! Muchas gracias. Salimos ahora de trabajar y, encima, cojo. ¡Y que luego me digan que tengo mucha jeta!

- Vaya...

- ¿Dónde se baja usted, pues?

- En el Lidel, después de la rotonda.

- ¡Ah, sí, en el Lidel! Eso está después de la rotonda.

- Sí, señor.

- Y, esto, ¿lo acabarán pa marzo u qué?

- Vaya usted a saber.

- Dicen que tenía que estar acabao pa marzo... ¡ya pué ser que sea pa después del verano!

- Pues, igual...

- ¡Juanico!

- ¡Hombre, por fin has cogido éste! No te había visto...

- Si no hubiera llegao no lo habría cogido pero como he llegao... Yo hace rato que te había visto.

- Ah.

- ¡Adiós, María!

- Adiós, hasta mañana.

- ¡Hasta el lunes!

- ¿Y eso?

- Que m’he cogido dos días de fiesta que me quedaban del año pasao. ¡No los voy a perder! ¡Mariano! ¡¿Tú bajas en el Mercao, verdad?!

- Sí, y cojo el 29.

- Y coges el 35, ¿no?

- El 29...

- ¡Eso, el 29!

- Tú, Vicente, bajas aquí y coges el 42, ¿eh?

- Sí, el 42. Hasta luego.

- ¡Hasta el lunes, que tengo dos días de fiesta!

 

3 comentarios

cano -

¡Hombre, claro, qué se habrá creído el muy mocoso! ¡Y, usted, hasta que no se quite los auriculares, sin merienda!

Inde -

Un rato que no llevaba puestos los auriculares esta tarde (que casi no me los quito, que estoy como una chica pequeña), por la calle, a la altura de la FNAC: una señora mayor empujando un carrito doble; los dos niños, de añico y medio o así; uno de ellos, diciendo "¡Agua, agua!"; y la yaya (supongo que era la yaya) le responde: "No, agua no. Hasta que no te ponga los calcetines no bebes agua".

Inde -

Llevo nosecuánto tiempo queriendo tener una radio pequeñita de estas con auriculares. Que no pegan mucho en una señora talludita así como yo, pero me importa un pito: yo quería oír la radio yendo por ahí.

En cuanto la he tenido, lo primero que he pensao: "Pero así ya no oiré las conversaciones en el autobús"...