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de profesión incierta

JULIUS

JULIUS Escribí este texto para esta foto y para una exposición.

Tras leer el título de esta fotografía, lo primero que se ve es lo que falta.
Inmediatamente reconstruimos la escena: “Mister Marx, por favor, ¿puede quitarse las gafas?” Y mister Marx, junto con las gafas, se quita las cejas, la nariz y el bigote, como si se quitara el artículo de broma que todos nos hemos probado alguna vez; el mismo que utilizaban los padres de Woddy Allen, en "Toma el dinero y corre", para preservar su identidad ante las cámaras. La eficacia del disfraz ya había quedado probada en "Sopa de ganso", con Chico y Harpo convertidos en las imágenes especulares de Groucho.
La fotografía de Avedon nos revela que, tras el disfraz, se escondía, también, el propio Julius.

Decía Cajal que la vejez te despersonaliza, porque no hay nada más parecido a una calavera que otra calavera. Efectivamente: este retrato se parece más a la fotografía de la Calavera (1943) de Picasso que a Groucho Marx. Las (los) dos rebosantes de vitalidad pero sin mirada. Junto a las gafas, las cejas, la nariz y el bigote, Groucho se ha despojado de la mirada cómplice dirigida como un rayo hacia la cámara. Nos ha dejado solos. Qué solos nos quedamos los muertos…
Esta fotografía es, al fin, una "vanitas". Para ser un emblema barroco, debería ostentar el título, blanco sobre negro, de aquella sección de La Codorniz: “Tiemble después de haber reído”.

1 comentario

pilar cano -

Pues es cierto que actualizas mucho.
Llevo un mes sin internet y me va a costar ponerme al dia.